La chimenea a leña es un objeto deseado por todo comprador de una casa en venta.
Aunque luego no la utilice, da una particular sensación de calidez, de hogar, de nostalgia.
A la vez, es un “agujero negro” que algunas personas no saben que pueden potenciar para lograr que la vivienda se vea mejor y, en consecuencia, se venda en menos tiempo.
Aquí encontrarás un par de ideas para darle más vida a ese rincón.
Leña
La forma más simple y elemental de aportarle atractivo al hueco de la chimenea es colocar en él algunos trozos de leña, sobre el piso o en una canasta de mimbre, mezclados con piñas.
Ese detalle incita la imaginación de la potencial interesada o el futuro comprador, y los lleva a imaginarse una noche de lluvia en el exterior de la casa y, en el interior, el fuego crepitante e invitante.
Con velas
Las velas son otros elementos que aporta calidez.
Quizás están en la mesa ratona del living, así que se las puede trasladar y no incurrir en gastos.
Las velas deben ser nuevas y, en lo posible, en una sola gama de color: marrón claro, verde, azul.
Es útil combinar las bajas y anchas con algunas un poco más altas.
Una opción es colocarlas sobre una bandeja de madera, rodeadas por paja.
Ramas verdes y el protector
Las ramas que se mantienen siempre verdes, como las del olivo, también aportan un toque estético a las chimeneas.
Se las ubicará en un cesto de fibra trenzada o en un cajón de madera rústica.
Finalmente, hay un aspecto a no olvidar. Si la chimenea posee un protector portátil de metal, es muy aconsejable darle brillo y recuperar así su valor visual.