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El espacio para home office –o trabajo remoto– que se encuentra en una casa o departamento es un singular atractivo para quien va a comprar esa propiedad.
A veces, ese lugar no es tenido en cuenta por el actual propietario.
Por eso, aquí se brindan algunos trucos para que ese ámbito se vea interesante y constituya una fortaleza adicional del inmueble.
Todo es una cuestión de orden
Los expertos afirman que las personas más productivas y satisfechas con su vida, son personas ordenadas. Incluso, las que demuestran una mayor creatividad. Por ejemplo, el escritor Stephen King –autor de best sellers como “La cúpula”, “El resplandor” e “It”– es sumamente metódico en su tarea diaria.
Más allá de esos aspectos, es vital que la zona de home office sea y se vea ordenada.
Superficie despejada
Cuantos menos elementos haya en la superficie del escritorio, menos serán las distracciones que sufrirá quien trabaja allí. Y más atrayente resultará para el comprador.
Lo máximo aceptable en un escritorio es una notebook –o una computadora personal o PC–, un soporte con el teléfono celular y una lámpara. Y una impresora, si fuera necesario.
El arquitecto alemán Mies van der Rohe dijo: “Menos es más”.
Hojas y otros impresos
Si bien cada vez se utilizan menos hojas y documentos impresos como folletos y fotocopias, los que son de uso habitual se deben colocar en carpetas de fácil acceso.
El resto irá en otras carpetas que se guardarán en los cajones del escritorio, en un archivador auxiliar o en un estante cercano.
Portarretratos y demás elementos vinculados con las emociones
Los especialistas en el orden del hogar aconsejan que los elementos vinculados con las emociones –como los portarretratos, los dibujos hechos por los hijos y otros– no se ubiquen en el lugar de trabajo.
El hogar en sí ya remite a las personas relacionadas con esos objetos y no es necesario sumarlos en el ámbito de home office.
Libros
Es cierto que los libros vinculados con el trabajo suelen ser muy inspiradores. Sin embargo, es raro que se los necesite. A menos, claro, que se trabaje redactando textos con citas bibliográficas.
Si no fuera ese el caso, los libros deben ir en una pequeña biblioteca colocada en esa zona de home office, o en la biblioteca general de la vivienda.
Elementos varios
Los elementos varios o miscelánea –tijeras, biromes, lápices, clips, resaltadores,
Post-it, abrochadoras– tienen que ser agrupados en un solo compartimento o elemento contenedor. Y además no pueden estar a la vista.
Sí es bueno dejar sobre el escritorio solo uno de ellos: el que se va a utilizar.
Por otro lado, los elementos electrónicos varios –como pen drives, cables, cargadores y discos rígidos externos, por ejemplo–, deberían tener su propia caja y no mezclarse con los restantes objetos.
¿Y si el comprador no practica el home office?
No importa si el comprador no practica el home office hoy. Tal vez lo haga en el futuro.
Con independencia de eso, si el espacio está ordenado él lo puede percibir, quizás, como un ámbito de estudio para sus hijos. O para él mismo si va a cursar una carrera o un posgrado, hacer un curso a distancia o grabar videos.
Y algo extra: ese ámbito pulcro e impecable también lo va a disfrutar el propietario hasta que llegue el momento de la mudanza.
Porque siempre es un buena ocasión para ordenar. Como dijo el filósofo y matemático griego Pitágoras: “Con orden y tiempo se encuentra el secreto de hacerlo todo, y de hacerlo bien”.
No demasiado espacio
Si el departamento o la casa en venta no tienen una gran superficie, es vital que el espacio de home office no ocupe demasiado lugar.
De lo contrario, la futura compradora o el potencial adquirente del inmueble podrían no advertir todas las posibilidades que brindan los metros cuadrados disponibles.
Es bueno recordar que el visitante de una propiedad en venta no siempre es capaz de imaginar cómo quedaría vacío un ambiente.