Una casa o un departamento ordenado e impecable y que está en venta, genera más interés en las potenciales adquirentes y los futuros compradores.
Si en este momento estás pensando en mudarte y te produce un poco de agobio ordenar tu vivienda para que el corredor inmobiliario mande su fotógrafo y videasta, y prepararla para cuando arriben los primeros interesados, vamos a brindarte aquí algunas reflexiones y pautas sencillas.
A. Ordenar brinda paz
Una casa ordenada es una casa que transmite armonía, pulcritud, e incluso parece más grande de lo que realmente es.
Las viviendas con demasiados objetos –adornos, muebles o plantas en exceso– generan un ruido visual que incide en el cerebro.
Además, cuando una casa o un departamento está en orden hace que sus moradores se sientan liberados. El orden es fundamental para optimizar el tiempo y también el espacio.
B. Ordenar por categoría, no por ubicación
No hay que ordenar una vivienda comenzando por sus habitaciones. Hay que iniciar el proceso de orden por categoría: ropa de los chicos, libros, documentos, facturas de servicios y papeles de la facultad, por ejemplo.
De ese modo, se unifican los elementos y se evita que un mismo tipo de objeto ocupe distintos lugares del hogar.
C. Asumir el orden como una tarea compartida
No debe dejarse el orden solo en manos de los padres, o del hombre o de la mujer de la casa. El orden tiene que ser una tarea compartida por todos. Porque todos pueden hacer algo, dentro de sus posibilidades.
Cada persona debe dejar cada cosa en su lugar, y no en medio del living como sucede con los juguetes, por caso.
Por eso mismo, en los ámbitos comunes –patio, jardín, cocina– también el orden tiene varios responsables.
Cuando las personas que habitan un hogar se ponen en acuerdo en este punto y el orden se convierte en una liviana rutina, todo sucede casi como por arte de magia.
D. Aplicar la constancia
La constancia es hacer un poco cada día. Y no hacer mucho y extenuarse una vez por mes. Además, la constancia es la socia número uno del orden. Si cada día se dedican unos breves minutos a poner en su sitio los platos, la ropa y las llaves, la tarea se vuelve más sencilla.
E. Tomar el orden como una oportunidad de aprender algo nuevo
Lamentablemente, ni en el colegio ni en la universidad se suele enseñar las virtudes del orden. Sí se enseña en algunas familias, pero no en todas.
Entonces, aprender a ordenar puede ser una oportunidad para desarrollar una habilidad que sirve en muchos ámbitos. No solo en el hogar sino en el trabajo, los estudios, los grupos.
La persona que aprende a ser ordenada inspira a otras y tiene una herramienta vital para ejercer el liderazgo.
Sin dudas es mejor aprender a practicar el orden desde la infancia. Sin embargo, esa virtud puede desplegarse y crecer en cualquier momento de la vida.
F. Primero hay que vaciar y luego ordenar
Vaciar es, por ejemplo, en un placard ver qué prendas ya no se usan, pasaron de moda, están un poco deterioradas, se destiñeron, o le quedan grandes o chicas a quien las adquirió.
De nada sirve guardar esas prendas. Es mejor, y más sano para la mente, regalaras, donarlas, o venderlas en Facebook, Mercado Libre o una feria de garaje.
Menos objetos implica también más claridad mental. Si primero la persona abocada al orden se deshace de lo que no necesita, se dará una idea mucho más acabada de lo que debe ordenar.
G. Desprenderse de lo que no se ve
Aquel libro que quedó en la segunda fila de la biblioteca y que por lo tanto, no está a la vista, difícilmente se algo que se valora. Si no, estaría bien visible.
Por otro lado, quizás su dueño ni recuerde cómo llegó allí, por qué lo compró o quién se lo regaló.
Es imperioso desprenderse de lo que se no se ve, lo que está en el fondo de los cajones o muy arriba en una baulera.
Apegarse a las cosas no es positivo, salvo a ciertos y muy contados elementos. Como decía alguien: “A veces tratamos a los objetos como personas y a algunas personas como objetos”.
El corredor inmobiliario y el orden
Una de las tareas que realiza el corredor inmobiliario –con trayectoria y profesional– es ayudar a la persona que quiere vender su casa, a conocer los distintos trucos para mantener el orden. Y lo hacer porque sabe bien que esa tarea conlleva superar algunas angustias y apegos.