Mostrarle una casa o un departamento en venta a una persona claustrofóbica requiere sensibilidad. Y una atención especial para garantizar que se sienta cómoda y segura durante la visita.
¿Qué es la claustrofobia?
Es vital comprender qué es la claustrofobia. Se trata de un temor agudo –o fobia– a los espacios cerrados.
Son 7 son las acciones que ponemos en marcha cuando una persona nos expresa que posee esa condición y desea conocer una casa o un departamento que está en venta. Y que antes vio en nuestro sitio web, en las redes sociales o en los portales como Zonaprop y Argenprop.
1. Comunicar previamente
Una vez que la persona nos avisa acerca de su claustrofobia, le peguntamos si hay características de la unidad, muy específicas, que desee evitar. Como conocer la baulera, el altillo, el family room. O situaciones que podrían desencadenar un momento incómodo para ella.
Prestamos mucha atención a sus indicaciones ya que nadie conocer mejor que ella cómo manejar esos momentos.
2. Ventilar
Nos aseguramos de que la casa esté bien ventilada antes de la llegada de la visita. Abrir las ventanas y las puertas nos permite crear una sensación de espacio, de libertad.
3. Potenciar la luz natural
Buscamos aprovechar la luz natural de la casa o departamento en venta, al máximo. La iluminación natural hace que los espacios parezcan más amplios y contendores, lo que resulta reconfortante para alguien con claustrofobia.
A la vez, encendemos todas las luces artificiales posibles en las zonas más oscuras o alejadas de fuentes naturales.
4. Evitar las horas pico
Planificamos la visita durante los momentos en que hay menos personas alrededor, para que el potencial comprador o la futura adquirente evite sentirse abrumado.
Esto también puede reducir la sensación de estar “atrapado” en un espacio cerrado. Si bien siempre solicitamos a los dueños de las propiedades no estar presentes durante los recorridos con los interesados, en algunos casos eso no es posible.
5. Informar sobre las salidas y las opciones de escape
Al iniciar la visita le señalamos a la persona las salidas de la propiedad. Ello abarca tanto las puertas como las escaleras.
6. Respetar los límites
Si en algún momento la persona claustrofóbica necesita tomarse un descanso o salir de la propiedad, respetamos completamente esa solicitud. Es parte de nuestro acompañamiento.
7. Proporcionar apoyo emocional
Procuramos ser comprensivos y empáticos con respecto a las preocupaciones de la persona claustrofóbica. Eso le brinda una tranquilidad extra durante toda la visita.
En el caso de una búsqueda
En el caso de que una persona con claustrofobia nos encargue la búsqueda de una propiedad para usar como vivienda o también como inversión, elegimos unidades que tengan abundantes espacios abiertos y luminosos.
Por lo mismo, evitamos seleccionar propiedades con habitaciones pequeñas o ámbitos confinados que podrían aumentar la sensación de claustrofobia.
Una condición bastante común
Es bueno destacar que la claustrofobia no es una enfermedad, sino una condición. Y se trata de algo mucho más común de lo que se cree.
Al mismo tiempo, se da la situación de que algunos individuos no la mencionan porque la sociedad a veces no está informada sobre cómo estar más cerca de quienes la tienen.
Entre los famosos con claustrofobia se encuentra la actriz Uma Thurman, protagonista de las películas “Pulp Fiction” y “Kil Bill” –entre otras–. Y el actor Matthew McConaughey, quien se destacó en los films titulados “El lobo de Wall Street” y “Cómo perder a un hombre en 10 días”, por solo mencionar a dos de ellos.
Cuando ambos se animaron a expresar públicamente que convivían con esa fobia, ayudaron a muchas personas a asumir esa condición. También a sus familiares, amigos, y compañeros de trabajo y de ocio.
Históricamente, el psiquiatra y neurólogo Andrea Verga, de Italia, fue quien acuñó el término y lo estudió a fondo en el siglo XIX.
Hoy se considera que de un 6% a un 8% de la población, en todo planeta, tiene claustrofobia tanto en su modo severo como en el leve.