En una casa o departamento puestos a la venta, los pasillos y las ventanas son puntos a los que el futuro comprador le va a prestar enorme atención. Y mucha más de lo que imaginamos.
Aquí te contamos cómo prepararlos adecuadamente.
Angosto pasillo
En general, los pasillos suelen dar sensación de estrechez y agobio.
Por ello, cuando la propiedad va a ser visitada por una posible interesada o un potencial adquirente, hay que despejarlos de muebles y adornos para que se vean amplios, diáfanos.
“Menos es más” dice el arquitecto alemán Mies van der Rohe, una frase que aplica bien a este caso.
Cristales impecables
Las ventanas son otro punto que atrae la atención de los visitantes.
Ante todo, los cristales deben estar relucientes y, en lo posible, libres de vinilos y stickers que impiden o reducen la visión hacia afuera.
Lógicamente, es preciso reponer todo cristal que se encuentre deteriorado ya que no se trata de un “detalle menor”: a la hora de mostrar una casa, todo cuenta.
El tema de las cortinas
El segundo punto acerca de las ventanas es aquello que las viste: las cortinas.
Si están estropeadas es imprescindible repararlas, cambiarlas o, más sencillo, quitarlas por completo.
En algunos casos, las cortinas muy densas impiden la entrada del sol y un comprador busca siempre, en una propiedad, que sea luminosa.
¿Cómo saber si los pasillos y las ventanas responden a todos estos criterios?
Estas ideas son parte del llamado “home staging”, un método que implica preparar una casa para hacer que luzca más vendible.
Se trata, sobre todo, de despejar los espacios, ordenarlos, alivianarlos.
El Corredor Inmobiliario profesional siempre brinda pautas para el home staging.
Y también ayuda la mirada de un amigo o familiar.
Gracias a él, se podrá tener una visión externa que la dueña de la casa o el dueño del departamento no posee por su cercanía y su acostumbramiento al ámbito habitado.