Nunca se percibe del mismo modo una casa o un departamento que está en venta y se encuentra recién pintado, que otro que no.
Aquí te contamos las ventajas de darle una mano de pintura a tu propiedad, para que encontrarle un “candidato” resulte más veloz.
Pulcritud, amplitud
Una casa recién pintada denota varias cosas.
Por un lado, que sus dueños son personas cuidadosas, esmeradas.
Por otro, da idea de pulcritud y de amplitud.
En tercer lugar, la interesada o el potencial comprador imagina que se ahorrará una buena suma al mudarse sin tener que poner las paredes a nuevo.
El momento de la mudanza
Está probado que una propiedad con sus paredes recién pintadas tiene mayor atractivo para los compradores que una con su pintura desgastada o, peor, descascarada.
La pintura nueva, además, es más económica que una remodelación.
Y tiene algo extra: le suma confort a sus actuales habitantes hasta que llegue el momento de la mudanza.
Un punto adicional: luego de la pintura, quien vive en la casa o el departamento seguramente ordenará todo y desechará, venderá o donará objetos que antes ocupaban un espacio valioso y estaban allí solo por inercia.
El tema del color
En cuanto al color, los expertos aconsejan que sea un tono neutro.
El blanco tiza, por ejemplo, agranda los espacios, y multiplica la luz natural y la artificial.
Por otro lado, con los tonos neutros se evita que el futuro propietario se desoriente como sucede cuando encuentra colores muy fuertes en las paredes. A muchos de ellos le cuesta imaginar cómo quedaría esa misma habitación con otra tonalidad.
Fuentes de las imágenes:
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https://unsplash.com/photos/46juD4zY1XA
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